1.7.08

Oxapampa 1


“El nombre de OXAPAMPA, proviene del quechua "Ocsha", que significa "paja" unida a "pampa" (Pampa de Paja).

El 30 de agosto de 1891, fue fundada Oxapampa por el colono ENRIQUE BOTTGER TREU, hijo de padres alemanes.
Aquí se fundó una colonia y hoy contemplamos una ciudad y una capital de provincia. Alrededor de Oxapampa vino a situarse la fuerza de la economía de la zona, hasta convertirse en centro de primera categoría.
La población crece, el movimiento comercial aumenta y nuevos elementos se han integrado a Oxapampa, dándole ya otro tinte al factor humano. Si antes prevalecía la raza europea, hoy han entrado peruanos de la costa, sierra y todos forman un todo compacto y persiguen el mismo ideal: la grandeza de Oxapampa.”

Así reza un tanto exaltadamente el texto en la página Oxapampa-online .
¿Cuál es esa “fuerza econónica de la zona”? Pues, principalmente dos ramas: la industria maderera y la gandaría lechera. De esto uno se da cuenta, ni bien se cruza la divisoria de aguas proveniente de La Merced, dejando atrás la exuberancia, y se abre la vista al vasto valle alto (1800 m), en el que se sitúa el pueblo (discúlpenme, pero es un pueblo, un gran pueblo, por cierto). Desde lejos se ve que aquí la selva ha sido derrotada, para dar lugar a inacabables pastizales (a los que ya me imagino pantanosos y agujereados por las duras pezuñas de las vacas), pulcramente divididos en rectángulos con alambre de púa.












Oxapampa está generosamente trazada, con amplias calles y ralas hileras de casas, todas hechas primorosamente de madera, al estilo alemán y pintadas con colores cuasi caribeños, rodeados de jardines con flores y corrales de aves y conejos. Un encanto, y uno piensa haber aterrizado en otro país. Aunque por el centro de Oxa ya han empezado a elevarse edificios de cemento, y se ve unas cuantas obras en concreto sin terminar, bien feos, para variar, y uno que otro monumento ingeniado por la delirante mente de algún alcalde. Es la modernidad, como dicen. Pero la verdad, la verdad, (y a pesar de que los pueblos ganaderos con su cultura machista-carnívora no son mis predilectos) Oxapampa resultó ser sorprendente desde el momento mismo en que apeamos en la Plaza Mayor con sus altos y extraños pinos, con su iglesia como estampada en una tarjeta postal del Tirol, su cine, del cual no queda más que el edificio, un coloso sombrío, una especie de búnker, y al costado, el Club Social, luego unos cuantos locutorios y negocios, además de restaurantes típicos y tiendas de souvenir, todos con sus nostalgias de abuelita alemana…








Paso a paso fuimos descubriendo esta villa durante los siguiente cinco días, sin salir de la sopresa. Es Oxapampa una singularísima mezcla de pueblo del lejano Oeste, cultura chicha y pulcritud germano-austriaca. Los colonos fundadores fueron, en su mayoría, alemanes que salieron de Pozuzo, donde habían llegado después de incontables e inimaginables padecimientos en su travesía de Lima a la región del Alto Huallaga, que duró 2 largos años y durante la cual murieron dos tercios (algo así como que fueron 400 y pico, de los cuales sobrevivieron 145). Son entonces tipos recios, sumamente trabajadores, dispuestos a vencer y domar a la impetuosa naturaleza tropical, de la que no queda mucho. Ahora, un Oxapampino neto le echará la culpa a los serranos que vienen quemando el bosque en las laderas de las montañas, para ganar sus chacras. Pero la verdad es que la madera es una industria rentable. Y después de haber talado todos los árboles nativos de madera comerciable, los oxapampinos han empezado a reforestar con especies importadas, como el eucalipto, el pino y el cedro Rosado, exclusivamente para uso comercial. Otro producto lucrativo y bastante más simpático, es la miel y todos sus derivados. Una mile de flores silvestres, de sabor único. Ni hablar de los productos lácteos. A 20 minutos a pie del pueblo está la fábrica de quesos “Floralp”, con patente suizo… y bueno, no hay nada que hacer, los quesos que allí producen son exquisitos.
Oxapampa disfruta, entonces, un bienestar económico envidiable. Casi no se ve miseria. La gente tiene confianza en sí misma, por lo que no te encontrarás con una actitud paranóica, ni de vergüenza, ni hostil. Tampoco serás acosado, ni engañado, ni robado. Bueno, al menos como visitante. Ya en las ganaderías alejadas pasan cosas, como me han contado.












Para los curiosos aquí un curioso fórum de expertos en ganadería lechera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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