12.1.08

Después del terremoto


¿Quién se acuerda de la promesa que hizo el presidente del país, poco después de aquel sismo aciago del 15 de agosto del año pasado, de reconstruir las ciudades de Pisco e Ica en el lapso de un año? Pues han pasado 5 meses y, fuera de algunas empresas privadas, no ha pasado nada, atascados como están, en eternas discusiones y querellas entre el gobierno central y regional.



A mi hermano, quien tiene un proyecto de ayuda en la región – construir casas modelo de quincha como estas



– la Municipalidad de Ica no le otorgó el permiso para trabajar con dicho material en zonas urbanas. (Las construcciones de quincha – caña chancada con barro – se han comprobado como absolutamente antisísmicas.) Absurdo, surrealista y complicado – estos siguen siendo las principales características de la política peruana.

En Ica, el alcalde prefirió darle prioridad a un proyecto anterior al terremoto, que consiste en rediseñar la Plaza de Armas, por lo que se está rompiendo el piso de la plaza (rompiendo algo que no había sido dañado por el terremoto), mientras que los damnificados que se han quedado sin casa, siguen viviendo en carpas y estancias temporales. Todavía se pueden ver catarpilars y volquetes retirando los escombros y llenando el aire con polvo. Toda la ciudad está llena de polvo.










Abajo, casa y oficina de un notario y alrededores en Pueblo Nuevo














Entre tanto, los iqueños hacen lo que pueden para seguir adelante con sus vidas, como mi amiga Consuelo y su familia que vive en una asociación de vivienda a la entrada de Huacachina.











(Estas fotos fueron tomadas en diciembre del año pasado y en los primeros días de enero del 2008)

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