31.10.07

Deleted Images

Qué fuera del mundo digital sin la tecla “delete” que, cuando se la aplica, borra aparentemente para siempre cualquier dato seleccionado de la memoria. Para la fotografía digital “delete” es seguramente la tecla más aplicada después del obturador. La página web “Deleted Images” con el subtítulo “The junkyard of art” (el basural del arte) invita a los usuarios prestarles otra mirada a sus fotos fallidas antes de borrarlas y eventualmente enviarlas a su galería. Es obvio que en el momento en que uno decide no borrar una foto que ha calificado en un primer momento como “fallida”, ésta obtiene un valor nuevo, único. Las fotos que se nos presentan aquí resuenan con nosotros porque pertenecen a la experiencia común de cualquiera que maneje una cámara digital. Nos resultan conmovedoramente familiares y quizás más reales que aquellas que se guardan como “logradas”. (Mi foto fallida favorita es la de la cola de ardilla.)










26.10.07

Cuadros de una exposición


Las inauguraciones de exposiciones son siempre una buena excusa para fotografiar gente, tanto famosa como común, a pesar de que las condiciones de luz no son óptimas y no me gusta usar flash y mi camarita no pase de los 5 mega pixeles y luego tenga que hacer malabares con Photoshop. En esta ocasión se inauguró la exposición de los alumnos y maestros de la Escuela Declara de Pachacámac en el Museo de la Nación.

























22.10.07

Una tarde en Magdalena del Mar

Sábado. Otro día espléndido. Iba rumbo al malecón, cuando me encontré con un amigo iqueño que había venido en plan familiar. Me invitó a que lo acompañe a Magdalena del Mar, a visitar a su cuñada. Magdalena conserva un aire pueblerino, aún no (aunque ciertamente en vísperas) de ser devorada por la furia constructora a la que ha sucumbido gran parte de la capital. Tomé fotos al paso, obsesivamente, como si se tratase de ahora o nunca registrarlo todo todo todo. Mi pobre amigo no pudo más que seguir mis zigzagueos de fotólica, aunque me parece que le divertía. Me vi atraída por donde miraba por signos vagamente extraños y familares a la vez, signos de constante decaimiento y recreación, aunque en ese momento no me puse a pensar en su significado y sólo obedecía al impulso (lo que los artistas prefieren llamar "intuición", sino para qué serían artistas). Tomé más de 200 fotos, con eso digo todo. La mitad difuminé con un pinchazo en delete. Aquí va una selección de los que quedaron.